viernes, 24 de diciembre de 2010

El Estado

Después de criticar los sistemas más importantes y sus consecuencias más destacables, al menos según propia consideración, que rigen nuestra sociedad , cabe cuestionarse ahora el sistema que los organiza a todos, que los ampara y los reúne, que los dota de sentido: el Estado, el sistema administrativo y gubernamental de territorios.

Como no podía ser de otra manera, un sistema que ampara a otros sistemas podridos ya por este hecho pasa a ser él mismo podrido, pero no le faltan tampoco defectos propios:

1) Fronteras ficticias: el Estado se configura según unas fronteras ficticias que acaban por diferenciar de forma real a los pueblos de la Tierra, y que en apariencia se corresponden con el trozo del planeta que posee una determinada nación, como si la Tierra fuera poseíble y como si el hecho de que un conjunto de personas que comparten unas costumbres les proporcionara potestad para agenciarse un pedazo de mundo.

2) Relaciones internacionales: los "representantes" (véase la seción sobre las elecciones) políticos deciden qué relaciones establecer con los demás Estados: ellos deciden según las presiones de las multinacionales si entablar alianzas o bien guerras que beneficien a las empresas armamentísticas, así como los planes económicos globales; a la población y a lo que piense, que les den bien por culo. Son los problemas de no representarse a sí mismo, sino de entregarle autoridad a un desconocido.

3) Control social: en nombre de la "seguridad", los Estados disponen de complejos sistemas de control popular. Aparte de las cámaras de videovigilancia y la policía, existen programas que detectan en las llamadas y mensajes telefónicos, así como en Internet, palabras clave como "bomba" y demás que parezcan fruto de un plan "terrorista". Todo en nombre de la seguridad, pero ¿realmente evita algo el hecho que haya una cámara vigilando? ¿Evita algo que los coches patrulla ronden las ciudades? ¿Elude algo vigilar los mensajes de Internet y de los móviles (que por cierto, mediante una triangulación de las señales de las torres de radio se puede localizar fácilmente cualquier móvil, de modo que los Estados pueden saber dónde estás en cada momento)?
La vigilancia no evita nada; si alguien realmente quiere realizar algo que se determine como delito, lo hará igualmente.
Y llamar terrorista a grupos anti-estatales es bastante cínico cuando es el mismo Estado quien amenaza con castigos tan severos como la eliminación de la libertad (cárcel) si no se cumplen las leyes que ha IMPUESTO a la ciudadanía. A nadie se le preguntó al nacer, ni nunca, si quiere formar parte de este sistema, sino que se le impone a la fuerza; pero luego vivimos en una "hermosa democracia", con su "Estado del Bienestar y del Derecho" y demás sarcasmos repugnantes.
El parlamentarismo es una dictadura encubierta, lo malo es que demasiado encubierta, y por ello la gente no aprecia su verdadera naturaleza.


Y ante todo esto, yo me pregunto, ¿para qué diablos es necesario un Estado? Si la humanidad se organizase según el sistema político más práctico, es decir, asambleas populares, los Estados serían absurdos, pero sucede que eso no les proporcionaría el poder a las grandes empresas, bancos y políticos.

Hay que liberarse ya.



Hasta aquí la crítica al Estado. Habrá más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario