lunes, 27 de septiembre de 2010

Herramientas del Parlamentarismo_2: la presión social

En el presente artículo trataré una de las herramientas, a la par que la educación, muy poderosa y útil para la conservación del Parlamentarismo y del Sistema en general: la presión social, una paradoja de difícil comprensión, pues tú eres sociedad, pero te sientes presionadx por la sociedad. Tú mismx te reprimes y reprimes a otrxs con tu presión social, sin ser muy consciente de ello.

Así pues, ¿cómo te presiona la misma? ¿A qué trata de doblegarte? ¿Qué "ideales" promulga?

1) Modales: la presión social dicta qué tipo de comportamiento es normal y cuál es moralmente condenable. Comer con las manos, hurgarte la nariz e incluso bostezar es considerado de mala educación, una estupidez donde las haya. Ir desnudo, tal y como naciste, es un verdadero agravio moral.

2) Estética: debes vestir según los cánones de la moda, de lo contrario se te marginará, se te mirará mal, ¡incluso como a alguien que no está del todo bien mentalmente, sólo por vestir de forma "anormal"! ¿Hasta dónde hemos llegado? Y lo peor es que lo hacemos inconscientemente, tal es el lavado de cerebro que la propia sociedad se realiza sobre sí misma.

3) Planeamiento de vida: se te dan dos opciones en la vida: trabajar o estudiar para trabajar. Ése es tu destino, un destino como divino, un destino impuesto por el sistema. No hace falta que te plantees acerca de tu futuro, no hace falta que lo decidas por ti, pues ya está estipulado. Y la pregunta es: ¿de quién es tu vida, tuya o de quienes te han dicho cómo has de vivirla?

4) Moral social: aquí empieza la parte más importante de la presión social, pues es la que afecta con mayor fuerza a la ideología (como conjunto de ideas) de las personas. Así pues, en lo que a moral refiere, se te da una máxima moral muy al servicio del sistema: si quieres cambiar algo, hazlo siempre de forma pacífica. La violencia, sea cual sea su aplicación o el porqué de su uso, está censurada como algo malo de forma absoluta e incuestionable, cuando todas las revoluciones de la historia, todos esos movimientos sociales gracias a los cuales la clase trabajadora goza en la actualidad de una vida algo digna, se efectuaron sólo mediante la violencia y la insurrección. Incluso las llamadas revoluciones pacíficas, como las de Gandhi o Luther King, promulgadores de la paz y la acción no-violenta, sustentaron sus movimientos en la amenaza de un pueblo dispuesto a usar la violencia si la vía pacífica no funcionaba.

Considerad tal hipocresía: lxs mismxs que se benefician de los logros de revoluciones violentas, es decir, lxs trabajadores, las condenan. Y de nuevo, la pregunta es: ¿realmente la clase trabajadora ha desarrollado esta moral anti-violencia respecto a lo establecido, o ha sido más bien el sistema quien ha logrado infiltrarla en las mentes de la clase puteada, con perdón de la expresión?

Se necesita un pueblo agresivo para cambiar las cosas. Este pacifismo patético, queda mal decirlo, pero cierto es, sólo nos hace débiles e impotentes frente a los gobernadores, cuando a fuerza de huelgas generales y manifestaciones potentes el pueblo puede lograr lo que LE VENGA ABSOLUTAMENTE EN GANA.

5) Verdades Sociales: así denomino yo a ciertas ideas antirrevolucionarias instaladas de alguna ignota forma en las mentes de las más de las personas, que repiten determinados clichés sin más. Bien, se trata de frases hechas como: "Es imposible cambiar las cosas", "Yo quiero cambiarlo, pero solx no puedo", "Nadie hace nada, así que ¿por qué voy a hacerlo yo?", "El parlamentarismo es el mejor sistema viable; los demás no pueden funcionar", etcétera. Y yo me cuestiono: ¿en qué momento se ha vuelto la gente, y en especial la juventud, siempre símbolo de rebeldía, tan sumisa y conformista? Lo peor es que si la gente no hace nada, se debe precisamente a esas personas que dicen que la gente no hace nada, y que por eso no va a tratar de cambiar nada. Ese pesimismo respecto al activismo de lxs demás se va contagiando de persona en persona hasta que la gente tiene por seguro de forma infundada que lxs demás nunca se sublevarán.

Sólo hay que iniciar unx mismx la lucha, hay que tener fe en lxs demás; quienes más queremos cambiar las cosas hemos de unirnos para fortalecernos. Así crece la conciencia de clase y lucha social.

Pero ese pesimismo mediocre y penoso no lleva a ninguna parte sino a la miseria moral.


En conclusión, hemos de deshacernos de esas Locuras culturales o sociales, esas estupideces incrustadas en nuestro ser que no hemos decidido tener, sino que todxs nos imponemos inconscientemente sobre todxs mediante la presión social, y que no nos dejan alcanzar un pensamiento discernido y autónomo, crítico y revolucionario.


Hasta aquí la crítica a la presión social como herramienta para la perpetuación del Parlamentarismo. Habrá más.



lunes, 20 de septiembre de 2010

Herramientas del Parlamentarismo_1: La educación

El parlamentarismo dispone de varias herramientas con las que perpetuarse. En el presente artículo trataré una de las más importantes: la educación.

En efecto, el programa docente de primaria, secundaria, bachilleratos y módulos profesionales está impuesto por el gobierno, aunque los importantes son la primaria y secundaria, pues son los períodos que más pueden influir sobre lxs niñxs al no gozar éstxs de una opinión poderosa sobre la sociedad y los sistemas que la rigen. En cuanto a lxs profesorxs, ninguno puede decidir cómo educar, qué recursos usar, etcétera, sino que ha de amoldarse por la fuerza a un determinado temario y forma de enseñar: la que el poder dicta, orientada para formar individuos dependientes y nada críticxs ni creativxs.

Así pues, las críticas hacia el sistema educativo son:

1) Ni lxs alumnxs ni lxs profesorxs pueden decidir nada acerca del temario ni del programa docente (es decir, cómo llevar a cabo el aprendizaje), sino que le son impuestos, como tantas otras cosas.

2) Lxs alumnxs se limitan a tragar todo cuanto el/la docente diga, sin que se tenga muy en cuenta la participación de lxs primerxs. Así, las clases son para el profesor y no para lo alumnxs, que poco pintan.

3) Es obligatorio cursar primaria y secundaria, sin que tu opinión, como siempre, valga una mierda, tal como si fueras un pobre ser sin cerebro. Esta es la causa de que la ESO constituya un verdadero fracaso: quienes no quieren estudiar, fastidiadxs, sólo hallan el entretenimiento en boicotear las clases, lo que perjudica a quienes sí quieren estudiar.

4) Lxs profesorxs mandan trabajos y deberes que deben ser realizados fuera del tiempo dedicado a la educación, por lo que ya te van obligando a que aceptes que cuando trabajes, poco gozarás de ocio.

5) Lxs alumnxs han de probar en exámenes y otras calificaciones su conocimiento, por lo que al final muchxs sólo se interesan por pasar estas pruebas y no por el saber en sí mismo.

6) Dejadas atrás al cuestiones más burocráticas y administrativas, pasemos a las relativas al contenido de lo que se enseña. O más bien de lo que no se enseña, como es el caso de algo tan importante como valores éticos. Pasas años y años en aulas y nadie enseña nada de ética: no se estudian filósofos que hayan tratado dicha disciplina, ni se plantean problemáticas morales que hagan reflexionar al alumnado. Ahora pretenden hacerlo con la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía, pero con 15 años ya es demasiado tarde. Luego que no se queje la gente de que vivimos en una sociedad sin valores.

7) Apenas se fomenta al creatividad. En la primaria te dejaban dibujar durante el tiempo libre, pero sólo después de haber consumado las otras obligaciones. Había algunos talleres: apenas dos horas a la semana. En la secundaria hay únicamente dos asignaturas dedicadas al arte: plástica y música. Pero sólo es teoría musical y teoría audiovisual. Cierto es que en música te hacían tocar la flauta, pero te obligaban a tocar ciertas canciones, y no te dejaban espacio alguno para que tú compusieras nada.
Siendo la creatividad algo tan importante como es, realización de espíritus y autoexpresión de ideas y sentimientos, debe constituir menos del 5% del tiempo dedicado a ella en el actual sistema educativo.

8) No se fomenta en absoluto la autonomía o autosuficiencia. Todo te lo explica el profesor/a y tú callas; no buscas nada por ti mismx, sólo trabajos puntuales. No te motivan en clase en absoluto para que halles respuestas a tus preguntas por ti solx, o soluciones para problemas didácticos. Y no me digáis que se hace en física y química y en matemáticas, porque sólo consiste en aplicar una fórmula predeterminada, es decir que no existe lugar alguno para tu originalidad.

9) No se fomenta en absoluto el espíritu crítico (¡Dios salve al poder de que no se haga!). Jamás en un examen salvo los de filosofía, es decir, sólo unos pocos exámenes en bachillerato, me pidieron mi opinión crítica acerca de lo que estudiaba. Sólo se quiere de ti que sepas tragar y vomitar la lección sin ninguna intervención por tu parte.

10) No se realiza ninguna clase de estudio sociológico ni antropológico, es decir, todas aquellas materias que tratan sobre la sociedad y sus sistemas, son eliminadas para que no puedas plantearte nada sobre tu propia cultura ni sociedad.

11) No se te enseña nada acerca de pedagogía, es decir, de las estrategias educativas, para que no puedas criticar el sistema educativo impuesto. Todas las pedagogías libertarias, pues, no existen.

12) En lo que a Historia refiere, se enseña la Historia de las Élites, la Historia de las Mayorías. Se te enseña qué hicieron los dirigentes de las sociedades, sus guerras y sus conflictos económicos, y poco de sociedad y pueblo llano, y nada de las minorías subversivas de cada sociedad. ¿Qué pasa, que no hubieron disidentes del Imperio Romano? ¿Todo el mundo abrazaba el sistema feudal?

13) Y en lugar de estudiar todo lo anterior o de mejorar su estudio, se te machaca con las lenguas. Horas y horas de lenguas, de gramática, ortografía y sintaxis, pero sin escribir nada; horas de tencología, pero sin plantearse apenas las problemáticas de la misma.

14) Las diferentes asignaturas se separan tajantemente unas de otras, como si no tuvieran nada que ver. Se elimina toda visión holística a expensas de una visión sumamente especializada y concreta, cerrada en sí misma para cada saber, cuando se podrían crear muchas conexiones entre unos y otros y enriquecer así el razonamiento.

15) Los grupos, de treinta personas, son demasiado dispares, por lo que la gente a la que le cuesta más el aprendizaje debe forzarse para llegar a los que tienen mayor facilidad, y a la vez éstxs han de rebajar su rendimiento para "esperar" a lxs demás cuando podrían dar mucho más de sí.

16) Con apenas tres años de vida, queriendo tú solamente jugar, te encierran por la fuerza en aulas para ir domándote.


Martilleado el sistema educativo, ¿qué nos ofrecen las pedagogías libertarias [algunos elementos son propios]?

1) Una educación hecha para el alumnado, en que éste pudiera decidir junto a los consejos de lxs profesorxs qué temas tratar, cuándo y cómo.

2) Se incentiva una educación autodidacta, es decir, el profesor/a estaría más para aconsejar y guiar al grupo que para enseñar; más para plantear preguntas que para dar respuestas lapidarias.

3) No es en absoluto obligatoria la asistencia a clase, para facilitar que lxs alumnxs vayan por propio interés y diversión.

4) Se respeta la división entre el tiempo de docencia y el ocio, por lo que no se impondrían deberes, trabajos ni más malditas obligaciones. En realidad, no habría de existir la diferencia entre educación y ocio, sino que el aprendizaje habría de ser una diversión, un placer.

5) No hay calificaciones en absoluto. No hace falta demostrar continuamente que alguien sabe acerca de algo. No habría cursos (sí temario, pero concertado entre alumnxs y profesorxs). Sólo veo la necesidad de demostrar tus conocimientos si quieres enseñar a otras personas, lo que se podría hacer de forma oral y tener como tribunal a personas doctas en la disciplina que tú quieres dar, quienes te darían su beneplácito; a partir de ahí, harías prácticas junto a otros profesorxs hasta ganar la experiencia suficiente para guiar tu solx a un grupo de alumnxs.

6) Se fomentaría principal y fundamentalmente la creatividad, la autosuficiencia, el razonamiento crítico y los valores éticos a fin de formar personas autosuficientes, originales, con propia opinión y respetuosas para con el prójimo.

7) Se estudiaría a fondo la sociedad y sus sistemas; la cultura y el sistema pedagógico con tal de ser conscientes de todo cuanto a unx le condiciona.

8) Para Historia, se trataría de dar a conocer también todas aquellas opiniones e inclinaciones disidentes para con el sistema imperante de cada época, así como la situación detallada de tanto las clases opresoras como las oprimidas.

9) Se fomentaría una visión totalitaria de los saberes para facilitar conexiones entre los mismos.

10) Los grupos se contarían por diez como mucho, para ser mucho más personalizados. Si hiciera falta, se separaría a lxs niñxs por nivel de interés e implicación en el aprendizaje, aunque lo ideal es que a todxs les agrade en cantidad aprender.

11) Durante los primeros años de lxs alumnxs, se enseña mediante juegos, y no en aulas cerradas.


Y hasta aquí la diferencia entre un sistema educativo que forma zombis y otro que forma personas libres y autónomas. Lástima que sea el primero el propio del parlamentarismo, pero ¿qué se puede esperar del poder? Si tú fueras un dirigente que goza de grandes lujos por encima del resto de la población, ¿qué preferirías, que la población pudiera ser consciente de ello o bien volverlos idiotas y estúpidos?


Hasta aquí la crítica al sistema educativo en el parlamentarismo. Habrá más.

jueves, 16 de septiembre de 2010

El podrido sistema electoral

Cada cuatro años tiene lugar el momento más dramático o crítico del parlamentarismo: las elecciones. Es entonces tiempo de decidir o bien si aceptas todo su macabro juego y delegas tu autonomía y tu dignidad a algún político o si, por el contrario, te reservas tu voto y con él tu libertad y autogestión, aunque luego no te sea ello reconocido y se te imponga el parlamentarismo de todas maneras. Así de "democrático" es el parlamentarismo: votes o no, se te impone.

Empecemos con las críticas al sistema electoral:

1. Se te ofrecen únicamente partidos de derechas. Pues, ¿qué abandera la izquierda desde sus inicios (Revolución Francesa)? La Igualdad, la Libertad y la Fraternidad. Y ¿qué abanderan los partidos políticos "de izquierdas"? Desigualdad, porque están por encima de la población, mandan sobre ella, le imponen sus leyes; Opresión, porque se sustentan en la violencia usada por los cuerpos del desorden y en unas leyes que nadie decidió; Egoísmo, porque perpetúan un sistema económico, el capitalismo, que se basa en "sobrevive como puedas", ese "puedas" prácticamente falto de limitaciones éticas.
Así que ésa es la triste realidad: aunque seas de izquierdas, nunca se verá tal ideología representada en el sistema, sencillamente porque sus preceptos van opuestos a los del parlamentarismo y su desigualdad, opresión y egoísmo.
El parlamentarismo, pues, es un sistema para la clase burguesa.

2. El ausentismo electoral (no votar) se ignora por completo. Si la gente no vota será porque no está conforme con el sistema, o porque no le interesa la política, motivos ambos que habrían de preocupar a lxs políticxs. En lugar de eso, toman la opción más fácil y egoísta: mirar a otro lado. En realidad, no votar es en la práctica igual que votar, porque se te va a imponer un gobierno de todas maneras.

3. Cuando alguien vota, no tiene ninguna garantía de que se vayan a tomar medidas parlamentarias que le beneficiarán. Se trata de una ingenua fe ciega, casi religiosa, estúpida. Tras tantos ejemplos como hay de partidos que traicionan a la clase trabajadora, lxs votantes siguen confiando en ellxs, muy al estilo "si te pegan en una mejilla, pon la otra", es decir, idiota total, con perdón de la expresión.
En cuanto a quienes votan partidos de la derecha declarada, no merecen ni una línea más aquí, tal me semeja su sublime idiotez.

4. Nadie conoce quién efectúa los recuentos finales de votos, ni cómo se hacen exactamente, sino que simplemente te cuentan que lo lleva a cabo un ordenador. Pero existe fácilmente la posibilidad de que sean manipulados.

5. A partir del voto, y esto es lo más grave a nivel de inteligencia, ningún votante decide nada ni pinta nada en las decisiones del gobierno, hecho a mi parecer propio de pura inmadurez personal o bien pura gilipollez integral, con perdón de la expresión. ¿Acaso no somos capaces de gestionar nosotrxs mismxs nuestra propia vida?

6. La democracia parlamentaria es la guerra de las mayorías. Millones de personas dan su voto para sumar el máximo número de ellos y así vencer a los otros millones de votantes. Por consiguiente, se instaura una dictadura de la mayoría, pues se ignora a toda la parte perdedora de las elecciones, a quienes sólo les queda la alentadora posibilidad de cerrar la boca ante ello.
Además, basta con apenas el 51% de votos para un partido para que éste se impone, con lo que queda insatisfecho todo el otro 49% de votantes, además de quienes no votaron. Si consideramos, pues, que en España (territorio de la Tierra delimitado por fronteras ficticias para poder justificar un Estado) somos unos 47 millones de personas, y recreamos una situación en que todxs lxs ciudadanxs votaran y el partido ganador consiguiera el 60% de los votos, habría un 40% de personas insatisfechas e infelices durante los subsiguientes 4 años, lo que se traduce en nada más y nada menos que 18'8 MILLONES de personas. Si consideramos la misma situación pero con un 51% de mayoría absoluta, habría entonces 23 millones de personas insatisfechas, situación que puede darse perfectamente; un sistema en el que puede haber tanta gente insatisfecha en absoluto puede considerarse bueno.

7. Los chanchullos entre los partidos tras el resultado del recuento final de los votos es algo que
me inspira profunda desazón. Ansiosos por el poder, quienes consiguieron menos votos se disponene a negociar coaliciones con otros partidos, todo ello sin consentimiento alguno de lxs votantes. ¿Qué pasa si no quieres que un partido que ha formado coalición con el que tú votaste esté en el poder y te gobierne? Eso a lxs políticxs no les importa, sino el poder, hasta el extremo de llegar a formar coalición partidos desde siempre rivales como el PSOE y el PP en el País Vasco.

Si después de todo eso sigues votando, no sé qué diablos te motivará para hacerlo.


Hasta aquí la crítica al sistema electoral del parlamentarismo. Habrá más.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Los Tres Poderes en el Parlamentarismo

Desde el surgimiento del Estado Liberal, se han separado los poderes legislativo, ejecutivo y judicial.

El primero es el relativo a la aprobación y derogación de leyes, y en el Parlamentarismo es representado por lxs políticxs. Pero esto plantea una serie de problemas:

1. Las leyes se aprueban en el Parlamento sin consultar a la población y ni siquiera a lxs votantes del partido dominante. Esto, de hecho, constituye un problema resultante del hecho de delegar todo el poder de decisión sobre la propia vida a lxs políticxs.

2. Quienes inventan estas leyes pueden no saber nada de ellas, pueden no concer todo el fajo de leyes existentes, pues nada lo avala. Si van a dedicarse a crear leyes, al menos que sean doctxs en tal cuestión para garantizar una mejor efectividad.

3. ¿Dejarías que cualquier desconocido creara leyes que afectaran tu vida sin que tú pudieras intervenir en ello? ¿No? Entonces, ¿por qué sí confías en lxs políticxs? Nada te asegura que sean personas de fiar.

4. Las leyes son sólo textos y, como tal, no pueden impedir de ninguna manera que se haga el mal, ni tampoco preservar un supuesto orden. El hecho de que existan leyes no va a evitar que se infrinjan; sólo sirven para CASTIGAR a tales personas. Así, la mayoría de las leyes suponen únicamente justificaciones del uso de la violencia por parte de los cuerpos del "orden".



Hasta aquí la crítica al poder legislativo. Pasemos al ejecutivo:


1. Perpetúa los problemas del poder legislativo: ejecutan leyes impuestas, creadas por personas que pueden no saber nada de leyes.


2. Se apoyan en las fuerzas del "orden", que:


2.1. Ostentan el monopolio y legítimo uso de la violencia. Nadie más que ellxs pueden ejercerla impunemente. Son el brazo armado del sistema, que impone sus reglas a base de fuerza bruta.


2.2 Pueden usar la violencia y mandar sobre el resto de iguales sólo por haber pasado unas pruebas físicas y psicológicas.

2.3. La policía, como la ley, no puede impedir de ninguna manera que se cometan delitos, pues éstos son imprevisibles. Sirve, pues, principalmente para castigar, y ni eso, porque miles de delitos menores pasan desapercibidos; la policía no es omnipresente ni omnisciente.


Hasta aquí las críticas al poder ejecutivo. Vayamos a por las del judicial:

1. Perpetúa los problemas del poder legislativo y del ejecutivo, a saber: aplica unas leyes impuestas, es decir, es el poder judicial también represor, y que pueden no representar los intereses de la gente y quienes las crean pueden no saber nada de leyes.

2. Lxs jueces, simples humanxs, detentan el derecho de juzgar a otrxs humanos sólo por haber aprobado unos exámenes.

3. Muchos veredictos se ven condicionados por la subjetividad del juez, lo que hace que deje de ser una justicia objetiva, como debería ser para ser realmente justa.

4. ¿Se le puede llamar justicia al hecho de aplicar unas leyes impuestas?



Así pues, los tres poderes, desde el legislativo al judicial, van agregando sus propios problemas, el principal de ellos el que las leyes sean impuestas y potencialmente (y en la realidad, como las que recortan derechos o suben impuestos) no representativas, todo ello como consecuencia del problema fundamental: el hecho de delegar las decisiones sobre la propia vida a una oligarquía. Así, toda esa imposición se ve asegurada por la figura del policía, dispuestx éstx a reprimir todo intento serio de mejorar las cosas.


Ahora bien, frente a todos estos problemas, ¿qué propone el anarquismo?

1. Que cada cual elija voluntariamente y cada vez que sea necesario (por medio de convocaciones asamblearias) si quiere supeditarse a las leyes que todos los miembros de una sociedad hayan consensuado. De no ser así, que en todo momento tenga la posibilidad de proponer un debate para todas las modificaciones pertinentes.

2. Que en caso de que alguien infrinja las leyes, (algo improbable en una sociedad en que todo el mundo tenga sus necesidades fisiológicas cubiertas {hogar, vestido, comida, protección}), se establezca un juzgado popular conformado por todas las personas "adultas" de la comunidad, y que se castigue como mucho con el destierro (en caso de regresar el "criminal" y volver a causar mal, podrían aplicarse penas más duras {recordemos que serían unas penas dictadas previamente por el mismo acusado y ejecutadas por toda la comunidad}).

3. Que no exista policía. Si hay algún incidente, toda la comunidad debería implicarse en él y ejercer las medidas pertinentes.

En todo caso, repito, en una sociedad en que se enfatizaran los ideales de solidaridad, fraternidad, compañerismo y amor, y en que todo el mundo pudiera modificar sin problema alguno todo aquello que le fastidiara o molestara, resulta bastante improbable que unxs perjudiquen a otrxs. Si en la sociedad capitalista hay mucha más gente en libertad que en la cárcel aun habiendo tanta desigualdad social, no creo que asciendan precisamente los crímenes en una sociedad igualitaria.



Hasta aquí la crítica a los tres poderes dentro del parlamentarismo. Habrá más.

martes, 14 de septiembre de 2010

Anarquismo y Parlamentarismo

Con frecuencia se tachan o bien de impracticables, utópicos, o bien de punibles, todos aquellos sistemas políticos ajenos al parlamentarismo.

Bien, comparto la segunda opinión con respecto a los sistemas políticos tiránicos, como es el caso de oligarquías y fascismos. Mas en absoluto lo hago con los sistemas que profesan la igualdad de las personas, la libertad y la solidaridad. Contra éstos, el sistema actualmente imperante (el parlamentarismo o democracia indirecta) ha inculcado en las masas la opinión sorprendentemente injustificada de que son del todo utópicos, imposibles, fantásticos, y un lunático todo quien los abandere. Resulta estremecedor con qué extensión se halla este "germen ideológico" hospedado en las mentes de las más de las personas. Con falaces argumentos tales como la supuesta naturaleza malvada del ser humano, como si existiera algún gen de la perversión, la mayoría de la población pretende sostener el carácter utópico de ideologías como el anarquismo o comunismo libertario.

Surgiría el caos”, “Son necesarios cuerpos represivos para que se dé el orden en la sociedad”, “En seguida surgirían jefes, porque siempre alguien acaba imponiéndose por la fuerza”, son los mediocres argumentos de estas gentes, abocadas a un pesimismo patético y propio del perdedor que se da por vencido sin siquiera haber tratado de vencer.

Nadie puede asegurar que no puede existir una sociedad respetuosa (u ordenada si se prefiere) en ausencia de jefes o cualquier tipo de autoridad, y en cambio las tribus que aún sobreviven viven en paz sin jefes (léase cualquier monografía antropológica). Cierto es que tienen líderes, pero un líder supone una figura muy lejana a un jefe, en tanto que aquél es alguien que guía al grupo, y no que lo somete; es quien más se sacrifica por el grupo, y no quien lo ignora; puede ser restituido en cualquier momento de su cargo por los demás, y no ostenta un cargo prácticamente intocable; se gana su posición por sus acciones, y no por medio de demagogias, zalamerías, promesas luego incumplidas y, en última instancia, la fuerza bruta.

Con todo esto a modo de introducción, quisiera realizar un breve análisis del sistema político que, a pesar de causar profundos orgasmos al nombrarlo en quienes se benefician del mismo, a muchos nos es impuesto cual dictadura; una dictadura descaradamente disfrazada de democracia, disfrazada de autonomía y libertad.

Pero, ¿por qué digo que el parlamentarismo es impuesto? Por tres razones, que a continuación expongo:

  1. Sencilla y llanamente porque todxs [léase la “x” como “@”] tenemos el derecho natural de vivir según nos plazca, lo que incluye todo tipo de sistemas y reglas habidas y por haber.

  2. Porque a partir del voto (dedicaré otro artículo crítico al sistema electoral) no decides absolutamente nada, sino que se te imponen todo tipo de leyes que pueden no representarte aunque provengan del partido que tú votaste o bien porque proceden del partido opuesto; es decir, votes a quien votes, siempre existe la probabilidad de que te fastidien y minen tu bienestar, probabilidad que acaba materializándose aun desde los partidos más insospechados, como así lo atestiguan las medidas anti-obrerxs ejercidas por nada más y nada menos que el llamado Partido Socialista OBRERO Español durante estas fechas (Setiembre 2010). ¿Qué esperanza hay si quienes supuestamente defienden a lxs trabajadorxs los perjudican?

  3. Porque aunque desees con todas tus fuerzas independizarte del parlamentarismo (o de cualquier otro sistema político con jefes), éste no sólo impera en sus dominios legítimos, como son las ciudades y poblaciones habitadas por personas que realmente quieren someterse al parlamentarismo, sino que alcanza todas las tierras de los alrededores, se adueña de la Naturaleza y de todo lo posible aunque no vivan allí seres humanos. Fijaos, un sistema humano que rige en lugares donde no hay humanos (¡qué coherencia!), y si te aíslas al campo junto con una comunidad que comparta tus ideas políticas, siempre habrá unas leyes por encima de ti y no elegidas por ti.

Luego hablan de libertad cuando existen leyes impuestas por una oligarquía que, a partir del voto, hace lo que le da la gana y más. ¡Se atreven a hablar de autonomía! ¡Autonomía= propias leyes, y no =leyes de otros!

Bien, ahora que ha sido demolido el aspecto más “puro” del parlamentarismo, es decir, lxs políticxs y sus decisiones parlamentarias, cabe preguntarle a alguien anarquista: “Bien, entonces ¿qué nos puede ofrecer tu sistema político?”.

El anarquismo, frente a toda la imposición que ejecuta el parlamentarismo, se basa en el asamblerismo (de “asamblea”) o democracia DIRECTA (es decir, ejercida directamente por cada persona y no por medio de “representantes”); se basa en asambleas respetuosas y ordenadas, con un posible modelo de moderador rotativo, el moderador/a útil para asegurar la participación de todxs lxs presentes, y con decisiones consensuadas para no beneficiar ni a mayorías ni a minorías. ¿Que es difícil llegar a conclusiones consensuadas? Aquí entra otro aspecto fundamental del anarquismo: se estructura en comunidades pequeñas y autónomas (al menos a nivel político, por lo que podría existir comercio de trueque entre ciertas comunidades para intercambiar productos de las que otras carezcan). Y si sigue resultando difícil la decisión, se alarga la asamblea tanto como sea conveniente, pues más vale invertir mucho tiempo en decisiones que afectarán tu vida que delegárselas a otras personas habiendo perdido sólo el instante de soltar un sobre en una urna.


Hasta aquí la exposición comparativa entre el parlamentarismo (en sentido más estricto) y el anarquismo. Habrá más.